Las saunas de infrarrojos son recomendadas por médicos y terapeutas para aliviar contracturas musculares y dolores en las articulaciones, entre otras cosas. A continuación te indicamos por qué es tan recomendable ésta práctica y cuáles son los beneficios de la sauna de infrarrojos.
Terapia de Calor o Termoterapia
La terapia de calor es una herramienta terapéutica basada en la aplicación de calor sobre el cuerpo y cuyo fin es aliviar el dolor. El calor se puede aplicar por varios métodos, siendo la terapia de calor por infrarrojos una de las más empleadas por su elevado grado de efectividad.
Las cabinas de saunas de infrarrojos están construidas con madera y llevan instalados unos paneles cerámicos o de fibra de carbono (o la combinación de ambos) que emiten calor y que están distribuidos en las paredes. Esta distribución permite que el calor llegue a todo nuestro cuerpo de una forma homogénea.
La sauna de infrarrojos apenas calienta el aire. Calienta tu piel directamente y ¡no hay vapor! La temperatura del aire no se eleva a temperaturas extremas, permitiéndote respirar normalmente y permanecer durante más tiempo en el interior de la sauna.
La profundidad de penetración del calor en la sauna de infrarrojos es mayor que la de la sauna de vapor. El calor penetra en el tejido muscular y es aquí precisamente donde actúan las propiedades beneficiosas de la terapia de calor.
Relajación de la tensión muscular
Las saunas de infrarrojos permiten que el calor se reparta por todo el cuerpo y penetre profundamente en la piel, dilatando los vasos sanguíneos, incrementando el torrente sanguíneo y facilitando la oxigenación de los tejidos.
Como consecuencia, los músculos se relajan, mejorando su flexibilidad y aliviando posibles espasmos musculares y contracturas. También se ha demostrado que puede aliviar el dolor de la artritis, fibromialgia o dolencias en huesos y tendones.
Eliminación de toxinas
Cuando ingerimos ciertos alimentos, bebidas o simplemente cuando respiramos, podemos estar ingiriendo toxinas. Para eliminarlas de nuestro organismo es recomendable tomar un mínimo de 2 litros de agua diaria y tener una dieta rica en frutas y en verduras.
Nuestro cuerpo elimina parte de estas toxinas mediante la sudoración. Si fueran retenidas podrían ser perjudiciales para nuestro organismo.
La práctica de deporte es la forma más común de desintoxicar nuestro organismo a través de la sudoración. Las personas que tienen limitada su capacidad de movimiento y no pueden hacer deporte, suelen emplear la terapia de calor en un sauna de infrarrojos para alcanzar un estado cardiovascular equivalente a realizar ejercicio físico.
Una sesión en una sauna de infrarrojos facilitará que las glándulas sudoríparas eliminen dichas sustancias tóxicas a través de la piel.
Si bien, es cierto que cuando sudamos mucho, también podemos estar eliminando otro tipo de minerales no perjudiciales. Por este motivo recomendamos reponer sales minerales con frutas, zumos o bebidas isotónicas tras una sesión en la sauna.
Mejora la salud de la piel
Tras una sesión de sauna de infrarrojos, el aspecto de la piel mejora. Esto es debido, en parte, a la eliminación de células muertas y expulsión de toxinas a través de sus poros.
Por otro lado, el calor acelera el torrente sanguíneo y atrae los nutrientes del aparato circulatorio hacia la piel. Como consecuencia, ésta mejora su tono y elasticidad.
Muchos centros de estética y gimnasios, emplean las saunas de infrarrojos en sus tratamientos de belleza.
Incrementa el metabolismo, quema calorías y favorece la pérdida de peso.
Mientras estás tranquilamente disfrutando de una sesión de sauna por infrarrojos, tu organismo está trabajando duro en la producción de sudor (para refrigerarse a sí mismo) y aumenta el ritmo cardíaco. Este aumento del metabolismo ayuda a quemar calorías.
Cuando salimos a correr, muchos de nosotros lo hacemos para mantener en buena salud nuestro sistema cardiovascular, no para fortalecer los músculos de las piernas. Del mismo modo, un uso regular de la sauna, además de ayudarte a quemar calorías puede ayudar a prevenir enfermedades arteriales coronarias.
Mejora el sistema inmunológico
Al subir la temperatura corporal, se induce una “fiebre artificial”. La fiebre es el mecanismo natural del cuerpo para fortalecer y acelerar la respuesta inmune, tal y como ocurriría ante una infección. Si además tenemos en cuenta la eliminación de toxinas a través de la sudoración, nuestro sistema inmunológico se verá más reforzado y resistente frente a enfermedades. Nuestra salud en general, mejorará.
Reduce el estrés y mejora el estado de ánimo
Al igual que sucede cuando hacemos ejercicio, tras una sesión de sauna, nuestro organismo libera endorfinas que nos ayudan a mejorar nuestro estado de ánimo, combatir la ansiedad y alcanzar un estado de bienestar.
Tras analizar cuáles son todos los beneficios del sauna, podemos concluir diciendo que comprar una sauna de infrarrojos para tu casa, ya no está visto como un lujo, sino como una necesidad en respuesta al estrés y al estilo de vida que llevamos.
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Diego Gisbert Yanini
PiscinasDesmontables.es